Esta afición de mirar hacia el suelo fijándome en las tapas metálicas me vino cuando descubrí unos cuantos blogs realmente admirables, cuyo mérito quiero empezar por reconocer.
El del madrileño Enrique Muñiz (Alcantarillas y tapas), enamorado de la riqueza alcantarillística de su Madrid.
El del coleccionista casi compulsivo (son sus palabras) Jose (Tapas...tras...tapas), que no sólo busca y fotografía tapas, sino que las guisa y se las come.
Y el del también madrileño y buen fotógrafo Rafa (Alcantarillas), que atribuye a las tapas la virtud de guiar al descarriado.
Entre los tres se pueden encontrar tapas de más de medio mundo, y es difícil de imaginar la variedad de diseños, algunos ciertamente curiosos. Así es que, por no hacer la competencia a estos tres maestros, voy a dedicar este blog a dar cuenta de las tapas de muy diversos tipos con que uno puede encontrarse en una única ciudad, SANTANDER, que es donde resido habitualmente.
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